La Roca de Cashel, una joya de la Edad Media

  • 19.06.2017

Con las montañas de Galtee de fondo y envuelta en una bonita leyenda, la Roca de Cashel es una joya de la Edad Media en Irlanda. Coronada por la capilla de Cormac, esta poderosa fortaleza del Condado de Tipperary está llena de restos vikingos, como el sarcófago nórdico tallado. Al día de hoy, continúa destacando como uno de los enclaves históricos más impresionantes de la isla Esmeralda. La Roca de Cashel está a 1 hora y 45 minutos en coche desde Dublín. Por ello, resulta una interesante excursión desde la capital irlandesa.
Cashel es ahora un pueblo anónimo de apenas 3.000 habitantes, pero antes fue un importante centro político y religioso e incluso durante varios siglos fue la capital de Munster. Como ejemplo de ese rico pasado medieval se conservan en pie las ruinas de uno de los castillos más visitados de Irlanda, la Roca de Cashel.
Está rodeado de una fértil llanura llamada Golden Vale  en medio de la cual destaca una roca, donde, durante  el siglo V, se asentaron los reyes de Munster y  donde San Patricio convirtió a estos reyes al catolicismo.
De aquellos tiempos casi no se conserva nada en pie, pues  la mayoría de construcciones datan de los siglos XII y XIII. Se conserva lo que quedó en pie tras el bestial  ataque de las tropas de Cromwell en 1647. Cuando en el siglo XVIII fue abandonada  la abadía, la Roca de Cashel quedó olvidaa hasta que hace unos años se  recuperaró para darle un uso  turístico.
En la Roca de Cashel sobresalen  varias construcciones. La más antigua y la mejor conservada es la torre de vigilancia de 28 metros de altura erigida en el inicio del siglo XII. También, la Capilla Cormac, consagrada en el año 1134, se mantiene bien conservada, y destacar por albergarlos restos del rey Cormac MacCarthaigh.
La catedral data del siglo XIII, en tanto que la residencia del arzobispo anexa se construyó en el siglo XV. La parte más notable de la catedral es el coro, que se reconstruyó en 1975. Durante la mitad del siglo XVIII se derribó la cubierta de la catedral por el peligro de derrumbe. Ahora sólo se conserva las paredes laterales.
Por último, alrededor de estas construcciones hay una serie de curiosas  cruces celtas, sobre todo en el cementerio ubicado al lado de la catedral. Estas cruces son uno de los elementos tradicionales de Irlanda que más interés atraen en el turista. Casi todas las iglesias irlandesas cuentan con un pequeño cementerio con algunas de estas cruces.

Fuente: www.dublinturismo.com

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