La Puerta de Alcala
La Puerta de Alcalá es una de las cinco antiguas puertas reales que daban acceso a la ciudad de Madrid. Se encuentra en el centro de la rotonda de la Plaza de la Independencia y antiguamente daba acceso a aquellos viajeros que entraban a la población desde Francia, Aragón o Cataluña. En la actualidad es una puerta monumental que se encuentra ubicada junto a la Fuente de Cibeles y el Parque del Retiro.
Fue construida por mandato de Carlos III en sustitución de otra puerta anterior que existía ya desde el siglo XVI. Se trata de una puerta de estilo neoclásico y aspecto monumental similar a los Arcos de Triunfos romanos, se erigió mirando su exterior a oriente. La originalidad de su fábrica consiste en ser el primer arco de triunfo construido en Europa tras la caída del Imperio romano, siendo precursor de otros como el Arco de Triunfo de París y la Puerta de Brandeburgo en Berlín.
Ha sufrido desde sus comienzos diversas transformaciones urbanísticas en su entorno, pasando de ser la frontera exterior de Madrid a un centro turístico de obligado paso que aparece insertada casi en el medio de la misma ciudad. La puerta fue adquiriendo relevancia en el pueblo madrileño, y a finales del siglo XIX era ya uno de sus iconos más característicos que aparece en numerosas ilustraciones de la ciudad. Al ser uno de los monumentos más representativos, en su doble condición de mirada hacia el interior de la ciudad y al exterior de la misma. la Puerta de Alcalá ha servido como soporte para todo tipo de manifestaciones políticas y artísticas y en sus inmediaciones se han producido numerosos hechos históricos.