San Andrés: la isla desigual
A San Andrés se va de vacaciones. Pero de vacaciones de verdad, de ésas cuyas preocupaciones radican exclusivamente en decisiones cruciales del tipo hacer kayak en los manglares o snorkel en los corales; entre imitar a las lagartijas locales durante toda la jornada bajo el sol de la piscina del hotel o de los balnearios del centro. En la isla se impone el descanso hedonista con el que fantaseamos durante los peores picos de estrés laboral o los días más fríos del año. Es un escenario natural extraordinario para materializar la trillada súplica de echarse bajo una palmera. Empaque, usted, el iPod con esa playlist que le gusta cantar a los gritos, lecturas y bloqueador solar antes de embarcarse a la tierra que contenta a todos los sentidos.
La isla de San Andrés es la mayor y la que nombra al archipiélago que comparte con Providencia, Santa Catalina y otros cayos menores. La extensión de 27 km2 se puede recorrer en una mañana en mulitas (algo así como un buggy), carritos de golf o bicicletas. Sólo el 70% de la superficie está construida. El resto mantiene zonas vírgenes de vegetación autóctona. Un aplauso a papá Dios por el verano perpetuo que caracteriza el destino: 30 grados de temperatura promedio durante todo el año, con sol y chaparrones tropicales que bañan la geografía dividida en áreas de playas de arena blanca y otras rocosas, de piedra coralina y acantilados.
VAMOS A CONOCER ESTA LUGAR!? SUMATE, MIRÁ!
Fuente: losandes.com.ar