Tradiciones y Costumbres en los Festejos de Año Nuevo

  • 29.12.2016

Aunque nació en España, la costumbre de comer 12 uvas con las campanadas de las 12 de la noche, se ha extendido a algunos países de Latinoamérica como México, Venezuela, Argentina, Ecuador, Perú, Chile y Colombia entre otros.

Por otro lado, la tradición estadounidenses nos dice que no dar un beso justo después de las doce de la última noche del año asegura 365 días de soledad.

Para los italianos, las lentejas simbolizan riqueza y dinero. Por eso no falta un buen plato de estas legumbres en la cena de noche vieja. Esta tradición se ha extendido también a España y a algunos países de Latinoamérica. A servirse una buena porción porque cuanto más se come, más se gana. Además en algunos lugares como Roma y Nápoles es costumbre también lanzar trastos viejos por la ventana como forma de terminar con el pasado y expresar el deseo de empezar una nueva etapa con buen pie.

Si estas por Dinamarca, no pongas en la mesa tu vajilla favorita, ya que los daneses tienen la superstición de romper los platos después de la cena. Y cuando suenan las 12 campanadas, todos saltan desde lo alto de su silla.

Joya no Kane se llama la tradición japonesa de fin de año por la cual, en lugar de las 12 típicas campanadas, se tocan 108 campanadas del templo budista. Con cada golpe del metal uno de los 108 pecados propios del ser humano se va. Entre estos pecados figura la ira, la envidia o el deseo. Para la cena, la costumbre indica comer Toshikoshi-soba, una clase de fideos especialmente largos y delgados. Según la tradición, al comerlos se obtiene una vida larga y próspera.

Inglaterra es uno de los países más puntuales del mundo, eso es innegable. Y fin de año no es la excepción, ya que llegar a tiempo es la clave de su tradición: el first footing. La curiosa costumbre consiste en ser el primero en llegar para visitar a familiares y amigos después de las 12 campanadas que marcan el fin de uno y el comienzo de otro año. Quien llegue antes a la casa donde se celebra la ocasión, tendrá buena suerte durante el resto del año. Además, la costumbre señalaba que el invitado debía llevar consigo algún regalo como dinero, pan o carbón para asegurar que la familia no tendría carencia de estos productos.

Después de Año Nuevo, el 2 de enero, las calles de Ciudad del Cabo se visten de arcoiris para pasear su Tweede Nuwe-Jaar, osea un Segundo Año Nuevo. Se trata de un carnaval en el que cientos de personas salen a disfrutar de la música, el colorido y las comparsas. Hay bailes, disfraces, comida típica y mucha diversión asegurada.

El típico estampado andaluz hace furor en el año nuevo en Filipinas. Ya que en ese país, los lunares están asociados a las monedas por su forma circular. No importa qué prenda se elija con este estampado, pero sí es importante que tenga al menos un bolsillo, en el que se meterán unas cuantas monedas para hacerlas sonar cuando el reloj anuncie la media noche.

La ciudad escocesa de Edimburgo ofrece una despedida única cada año. En ella, las calles se llenan con un espectáculo sorprendente. La celebración se llama Hogmanay y está llena de costumbres ancestrales sin un origen preciso. No se sabe si Hogmanay es una palabra de origen francés, celta o normando.

La fiesta incluye una cabalgata de luz, fuego y actores vestidos de vikingos, llamada Torchlight Proccession que enciende la hermosa Royal Mile. Además hay una exhibición de danzas llamada Off Kilter con bailes contemporáneos y antiguos con la tradicional kilt. Hay gaiteros, teatro callejero y fuegos artificiales.

En Alemania, el protagonista es San Silvestre, en su honor se queman castillos de madera para alejar a los malos espíritus.

En Corea está prohibido quedarse dormido durante esa noche, se encienden todas las luces de las habitaciones y se limpia la casa.

En Tailandia la gente se lanza cubos de agua unos a otros con el deseo de atraer lluvias durante el próximo año.

En China la fiesta dura nueve días y la gente limpia sus casas para purificarlas y eliminar la mala suerte del año que termina.

En Portugal el centro de atención es el fuego, las familias encienden hogueras como símbolo de purificación.

En Francia es común que al llegar las 12 en punto los novios sellen el fin de año con un apasionado y emotivo beso bajo la luna.

En India decenas de lámparas de aceite decoran las casas, templos y jardines, simbolizando la victoria del bien sobre el mal.

En el Tíbet los dos últimos días del año se encienden antorchas y se entregan ofrendas voluntarias en los monasterios.

En Vietnam el último día suelen plantar un bambú o un árbol similar en el patio de su casa y lo decoran con campanas y flores.

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